Despedir por causas objetivas no es un instrumento que vaya a poder utilizarse como en los contextos normales durante los próximos meses.

Pese a que numerosos empresarios tienen ahora la necesidad de aligerar sus plantillas por los efectos de la crisis del coronavirus, están obligados a mantener, si se acogieron a ERTE, a sus trabajadores.

Despidos tras la crisis del coronavirus

Los ERTE han sido los instrumentos que han servido para suavizar las relaciones laborales entre los empresarios y trabajadores por los problemas económicos que en los centros de trabajo ha propiciado la pandemia de la covid-19, pero no permiten un despido por causas objetivas.

Gracias a ellos, los empresarios han podido ahorrar tanto en los costes laborales como en las cotizaciones sociales, ya que el volumen de negocio se ha reducido drásticamente por las medidas de restricción de la movilidad y confinamiento.

Los empresarios que se acogían a uno de estos expedientes, a cambio de las ayudas del Gobierno, se comprometían a mantener durante seis meses después de ERTE las plantillas con las que contaban antes de que estallara la emergencia sanitaria.

Este plazo iba a comenzar a contar a partir del 30 de junio de 2020, pero un reciente acuerdo entre los agentes sociales va a hacer que empiece desde el 30 de septiembre de 2020.

Durante el semestre posterior a esa fecha, no vas a poder despedir por motivos económicos, productivos u organizativos. Tampoco por fuerza mayor. Asimismo, la duración de los contratos temporales se interrumpe mientras se desarrollan los ERTE.

Eso sí, vas a poder prescindir de trabajadores por causas disciplinarias. Incluso, hay jurisprudencia que señala que puedes llegar a despedir por razones de inviabilidad de la empresa que no tengan que ver exactamente con la crisis del coronavirus.

El despido por causas objetivas no va a ser posible durante los seis meses posteriores a los ERTE por causa de coronavirus.

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